La llegada del verano trae consigo las tan esperadas vacaciones escolares, dos meses y medio con los niños en casa y con un largo día por delante para llenar de actividades. Muchas de las horas de calor se pasan en la piscina, no cabe duda que el aire libre y los juegos en el exterior son el tiempo mejor empleado por nuestros chicos y chicas; pero el día es largo. En la mayoría de los casos las vacaciones escolares no coinciden con las vacaciones de los padres que tienen que hacer malabarismos para dejarlos atendidos. Los campamentos de verano pueden ser una solución pero lo que está claro es que nuestros hijos formarán parte de la casa durante muchas horas al día y la tentación de dejarlos a cargo de “la pantalla amiga” es grande, pero ¡ojo!, la televisión no es una niñera.
Según el panel Eurodata TV Worldwide de la consultora Mediamétrie, los niños españoles de entre 4 y 12 años pasan una media de 2 horas y 38 minutos al día frente a la tele. Estas horas se incrementan durante las vacaciones. Sentar a nuestros hijos frente al televisor o dejar que jueguen durante horas en el ordenador, la tableta o cualquier otro dispositivo electrónico, nos soluciona el problema inmediato porque así no molestan; pero a la larga un uso prolongado de los mismos favorece una menor atención en la escuela y en casa, sedentarismo e incluso violencia si no vigilamos los contenidos que consumen.
Por otra parte, si nuestros hijos se relacionan durante más horas al día con una pantalla, sea esta en el formato que sea, que con juegos que requieran su imaginación e ingenio o con personas, ya sean adultas o amigos de su edad, es probable que esto afecte al desarrollo de su personalidad y a las relaciones sociales en el futuro.
Hay que tener en cuenta que los niños y niñas son auténticas esponjas: todo lo absorben, todo lo aprenden y con todo lo que les interesa se quedan; por eso hay que tener control de lo que ven y a lo que juegan. Desde Kamira os damos algunos consejos para que la relación de vuestros hijos y el surtido de pantallas con las que se relacionan sea más saludable:
La celeridad con la que pasan las secuencias de las imágenes en televisión puede hacer perder a los niños el interés por otros juegos tradicionales que para ellos, se convierten en lentos, aburridos y sin interés. Pasar más tiempo frente a una pantalla que jugando con la imaginación puede convertir a nuestros hijos en pasivos. Hay que tener en cuenta que nuestros pequeños están iniciando su formación y que todo lo que vean, escuchen y vivan, influirá en su desarrollo.
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