En las Escuelas Infantiles de Kamira tenemos como principio no etiquetar a ningún niño utilizando el verbo ser: es un llorón, es un nervioso. Damos por supuesto que los niños y niñas son buenos por naturaleza y que si alguno de los pequeños está nervioso o inquieto es por algo y para ayudarle debemos saber el porqué.
Los educadores y educadoras utilizamos el verbo estar contra el verbo ser: “Está cansado por eso molesta a sus compañeros”, “ahora está llorando”.
Los niños y niñas a estas edades tienen como referente el habla de la persona adulta, su lenguaje verbal y no verbal y desde este referente es como les explicamos toda acción y hecho y esperamos su respuesta, hay que confiar en ellos y ellas.
Ser y estar son dos conceptos totalmente diferenciados y hay que tenerlos claros. Ser etiqueta; en cambio, el verbo estar indica el estado de ánimo de los niños y niñas ese momento.
Como adultos debemos ser plenamente conscientes en cada momento para afrontar cada situación como algo nuevo, observando y atendiendo las necesidades que tenga el niño o la niña y entendiendo la razón por la cual están de una determinada manera y se comporta así, bajo el prisma del respeto a su derecho a ESTAR.
Es importante cómo nos comunicamos con los niños y niñas verbalmente y saber hacerlo bien.
No es un ser o estar, más bien es ser y estar. Son personas y como tal tienen que sentirse y saberse, tienen que conocer su identidad, SER. Tienen que saber que son Anne, David o Eneko e identificarse como yo. Pero los niños y niñas también ESTÁN, con sus sentimientos tristes, alegres, enfadados...; y en distintas situaciones, lugares y con distintas personas.
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